lunes, 21 de mayo de 2012



AL VIEJO COSTALERO

Que no me falte Señora
la luz de tus ojos vivos.
                
Ni el fuego de tu mirada,
ni tu consuelo bendito,
ni el amor que hay en tus manos 
y en tus lágrimas de vidrio.

Que no me falten, Señora
ni tu aliento ni tus mimos,
que no hay sendero que ande
si Tú no vienes conmigo.

       Yo a cambio quiero ofrecerte
       este trabajo sencillo
       que a lo postre sólo ha sido
       un trozo del corazón,
       un soplo de llanto escrito
       de este costalero viejo
       que ya no puede contigo.

       Mas te seguiré llevando,
       porque hay múltiples caminos
       en la alegría de la vida,
       en el llanto contenido,
       en mi trabajo diario,
       en mis hojas de oro fino. 

       En lo bueno y en lo malo.
               En lo humano y lo divino.

              ¿A dónde quieres que vaya
              si no te llevo conmigo?

              ¿A dónde voy, Madre mía,
              sin ti, soy como un niño
              al que hace falta una mano
              para dar unos pasitos? 
   
              Puedes tener por seguro
              que aunque no pueda contigo
              yo te seguiré llevando,
              porque aquel que ya lo ha sido
              sigue siendo COSTALERO
              hasta el final del camino.......

                     ¡Además, que no sé andar
                     Si no te llevo conmigo

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